Aunque desde Gastroblog.net visitamos Diverxo hace tiempo ya, queríamos esperar y comentar este gran restaurante como colofón a 2013. Poco después de que lo visitáramos se galardonó a Diverxo con la tercera estrella Michelín y recibiendo una gran cobertura en los medios.
Nosotros os contamos nuestra experiencia, aunque advertimos que más que una comida, es toda una fiesta para los sentidos. Casi 3 horas comiendo y disfrutando de los platos que fueron trayendo. Os contamos en detalle tras el salto, aunque si tenéis pensado ir dentro de poco os recomendaríamos que vayáis sin leer nada y que os sorprendáis in situ.
En Diverxo no existe carta. Únicamente podréis decidir tomar el menú corto o el menú largo, con la diferencia de tomar 7 o 11 platos y a partir de ahí se encargará el equipo del restaurante de iros sirviendo. Nos llamó mucho la atención que lo que ofrecen son lienzos (en lugar de platos) y las dos opciones hacen referencia al restaurante (7 lienzos por 95€ y 11 lienzos por 140€).
Lo que sí que ofrecen a cada comensal es el texto que podéis ver en la imagen inferior y donde se empieza a percibir que no se está en un resturante al uso. David Muñoz, el chef, nos habla de cerdos voladores, lienzos que evolucionan sobre sí mismos… y acaba hablando de espectáculo, que es lo que realmente va a experimentarse.
Una vez seleccionado el tamaño del menú (7 ó 11 lienzos), nos preguntaron si teníamos alguna alergia o había algún alimento en particular que nos disgustase. Según qué respondáis, os traerán un folio como el siguiente con los platos que vais a tomar marcados y ordenados. Veréis que lo que tomaís vosotros puede no tener que ver con lo que toman en las mesas de alrededor y por tanto, puede que cuando vayáis alguno de los platos de los que os hablaremos no estén disponibles.
Comenzamos con el Lienzo 1. Olivas de Tokyo, dulce y umami. que resultan ser unas judías orientales con emulsiones de jugos de aceitunas y cítricos. Es un buen plato para tomar como apertivo ya que entretiene sacar los frutos de las judías e ir probando cada una de las emulsiones que hay en el plato.
Continuamos con el Lienzo 2. Yodados. Aciculce. Escabechados. Grasa Marina., que podéis ver en la imagen inferior. Resulta ser medio coco relleno de vieiras y mejillones, al que añaden un acmpañamiento de sardinas. Es un plato espectacular, con marisco de excelente calidad y el coco en su punto. Con una cuchara se rebaña el coco y se toma mezclado con las vieiras y mejillones.
El Lienzo 3. Picante frutal. Fuego de Wok. Yoghourt y café es un plato de chipirón con fresas y café. El chipirón está cocinado a fuego, de forma que queda churruscado por fuera y tierno en el interior.
Después de tomar un plato que parecía una carrillera de ternera, nos informó el chef que habíamos tomado una carrillera, ¡pero de atún! con albahaca y trufa blanca.
El lienzo 5. Untuosidades máximas. Picante vegetal son unas cocochas de merluza al pil pil de foie. Es un plato algo picante, ya que lleva horseradish (rábano) que tiene un punto parecido al wasabi. Mezclado con el foie y el rábano, la cococha está espectacular.
A continuación nos trajeron un pequeño plato al que nos invitaron, un mollete chino relleno de rabo de toro y huevo de codorniz con coco. Se come casi de un bocado y es impresionante cómo el pequeño pedazo tiene tanto sabor, pareciendo transportarte a un "guiso de la abuela de rabo de toro".
El lienzo 6. Cremosidad láctea y vegetal. Cierva y salmonete. Cítrico envolvente. constaba de dos partes, una de las cuales era un espárrago blanco con mantequilla negra, cubierta de cítrico.
Y la otra, una tosta de paté de hígado de salmonete, que no se podía tocar hasta haber terminado la primera parte del plato. Para nosotros, esta combinación fue la más sosa de todas las que tomamos.
El lienzo 7. "Porn food" Potencia salina dulce ¿caviar? venía en un plato partido, como podéis ver. En él venía un carabinero pochado en aceite de espinas de salmonete, que estaba impresionantemente bueno. Marisco de primera calidad y cocinado en su punto.
El lienzo 8. Mmmmmmmmmostaza… salada, dulce y choco blanco, es un pequeño dulce que tenía pomelo, chocolate blanco, leche de oveja y miso.
Nos prohibieron tocar las bolas blancas que había en los platos y tras haber comido un poco de postre, cogieron los camareros estas bolitas y las explotaron en el plato, mostrando que eran pedazos de chocolate blanco rellenos de mostaza. Resulta ser una mezcla muy curiosa que nos gustó. En general el plato está bueno, pero no demsiado dulce para ser un postre.
Para terminar, junto con los cafés nos trajeron unos chocolates buenísimos y desde que empezamos a comer, estuvimos sentados casi 3 horas. Sin embargo no se nos hizo largo para nada. En resumen, es una experiencia no solo culinaria, sino que va más allá. El espectáculo de no saber qué estás comiendo, utilizar utensilios diferentes para cada plato, más salidos de un estudio de pintura que de un restaurante de tres estrellas Michelín, es realmente sorprendente.
Os dejamos unas fotos del interior para que veáis a los cerdos voladores y esperamos vuestros comentarios. Y si vais a Diverxo, comentad que venís de nuestra parte, pero sobre todo, ¡que os guste!
Y una cosa más, armaros de paciencia para reservar, es posible que tarden meses en daros mesa, ¡pero merecerá la pena!
Aunque desde Gastroblog.net visitamos Diverxo hace tiempo ya, queríamos esperar y comentar este gran restaurante como colofón a 2013. Poco después de que lo visitáramos se galardonó a Diverxo con la tercera estrella Michelín y recibiendo una gran cobertura en los medios.
Una vez seleccionado el tamaño del menú (7 ó 11 lienzos), nos preguntaron si teníamos alguna alergia o había algún alimento en particular que nos disgustase. Según qué respondáis, os traerán un folio como el siguiente con los platos que vais a tomar marcados y ordenados. Veréis que lo que tomaís vosotros puede no tener que ver con lo que toman en las mesas de alrededor y por tanto, puede que cuando vayáis alguno de los platos de los que os hablaremos no estén disponibles.
